Categoría: Arlt
Un niño, un hombre, un genio… Un juguete rabioso
En medio de la pobreza argentina, el 2 de abril de 1900, nació Roberto Emilio Godofredo Arlt, enorme escritor argentino, periodista, dramaturgo, inventor, creador multifacético, observador perspicaz, capaz de desmenuzar la realidad y personajes de su tiempo hasta llegar a su interior radiografiando detalles típicos de la sociedad de su época. En un reportaje dice: “Yo no soy un escritor que inventa, soy un inventor que escribe”. Su infancia transcurrió en el barrio de Flores. Arlt cuenta que fue expulsado de la escuela primaria a los 9 años, sin embargo, varios biógrafos expresan que forma parte de su ficción ya que, si bien repitió tercer grado, culminó la educación primaria a los 14 años en quinto grado, como era común en aquellos años. En otro reportaje enuncia: “Todavía iba a la escuela primaria cuando me agarró el berretín de la…
Miscelánea – Carta a Roberto
Querido Roberto “Cuando se tiene algo que decir se escribe en cualquier parte”, sostenés transcurridas las primeras líneas de tu Prólogo a “Los Lanzallamas” y a través de esta carta respondo al estímulo de tu sugerencia a la vez que a mis ansias de hacerlo. Para ello me resulta natural y atinado aprovechar tu extraordinaria capacidad de transponer límites, el del tiempo entre otros. Me permite compartir la satisfacción de corroborar que tu obra literaria no padece corrección ni modificación alguna. Cómo ignorar, menos aún transgredir tus “No, no y no”. Inscriptos en la férrea convicción de quien defiende lo que ha de trascenderlo. “El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo, crearemos nuestra literatura…” Y empalmaste con la alquimia de tu innovador estilo, dos vías de escritura que frías y paralelas corrían irreconciliables, desencontradas. Con qué febril perturbación transitaba…
Frases
¿Por qué motivo la felicidad humana ocupa tan poco espacio?”. “Perder un sueño es como perder una fortuna, qué digo, es peor. Nuestro peor pecado es haber perdido nuestros sueños. Sin embargo hay que ser fuertes y aunque uno se sienta cansado decirse: ‘Estoy cansado ahora, estoy arrepentido ahora, pero no lo estaré mañana’”. “Creo que en el corazón de cada uno de nosotros hay una longitud de destino. Es como una adivinación de las cosas por intermedio de un misterioso instinto “Estoy muerto y quiero vivir. Esa es la verdad”. “Sin embargo, se tolera, y se sonríe y se saluda… porque ‘así es la vida’”. “No mire lo que hagan los demás. No se le importe un pepino de lo que opine el prójimo. Sea usted, usted mismo sobre todas las cosas, sobre el bien y el mal, sobre…
Ejercicios de admiración y de lectura (Parte 1)
Roberto Arlt y El Juguete Rabioso Cuando era jovencito lo veía como un hermano mayor al que quería parecerme. Hasta me peinaba de esa forma que me hacía pensar que siempre tenía la cabeza partida al medio y la mirada toda llena de luz para ver desnudo de toda mentira el mundo que lo rodeaba. Leía su vida y me parecía que era otro un mi otro hermano igual al hermoso Franz Kafka, que se veía a sí mismo como una estrella (Astier) estrangulada en el nudo formado por tres hilos (el germano, el checo y el judío) que lo constituían y lo hacían ser lo que era, hilos antiguos retorcidos que se entrelazaban para anudarse y ahogarse en la misma pedagogía de los asesinos del alma que mandaban a dormir a los chicos prometiéndole la paliza para ese mañana…
Roberto Arlt, el tango y el cocoliche deslumbrante
La literatura argentina atesora como insigne referente a Roberto Arlt. Imposible calificarlo de ilustre por las connotaciones a que el adjetivo suele conducir. Porque Roberto Arlt proyectó el bajofondo, la sordidez, las pasiones humanas junto a la riqueza cultural y geográfica, en términos personalísimos, a pedestales tan encumbrados como riesgosos. La riqueza literaria sustentada en la sensibilidad, la inteligencia, la capacidad de observación y el deseo arrollador―condiciones predisponentes a la interrogación y al conflicto íntimo― genera el producto Arlt que puede calificarse de único, como único e irrepetible es cada testimonio humano, pero, en este caso, con sesgo manifiesto. De acuerdo al concepto de causa-efecto cada hecho tiene antecedentes y, en el caso del escritor, es claro que los afanes y las lecturas son el material con el que nutre su osadía. Hay que retrotraerse al inicio del siglo XX,…
Roberto Arlt, el gran contra-bandista
En vísperas del octogésimo aniversario de su muerte, el universo Arlt -su escritura, su devenir existencial, sus intervenciones culturales, su visión del mundo- continúa siendo algo inaprehensible, literalmente. No por hermético o críptico -su lengua, si bien anacrónica para las hablas actuales, es una lengua absolutamente popular-; menos aún por ininteligible o abstracto. Nada de eso hay en la literatura de Arlt. Nada que la ubique en las coordenadas de una razón abstrusa, de un pensamiento signado por la oquedad de lo arcano. La imposibilidad de aprehender la escritura arltiana -dice el diccionario de la Real Academia de ese verbo: coger, asir, prender a alguien, o bien algo, especialmente si es de contrabando, lo cual resulta absolutamente pertinente para hablar de Arlt, el gran contrabandista- está dada, en todo caso, por su condición de alteridad radical respecto de lo que…
Anecdotario de una biografía
De la misma forma que convoca y provoca en sus letras, este autor lo hace a quien escarba en su biografia. Carlos Dámaso Martínez (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes) muestra ciertas contradicciones respecto de su nacimiento y nombres, e incluso el propio escritor modificó el día de su nacimiento en algunas de sus autobiografías. Sylvia Saítta, afirma que nació el 26 (no el 2) de abril de 1900, según se especifica en su partida, con el nombre de Roberto Arlt y no como se ha señalado, Roberto Godofredo Christophers Arlt. Su padre, Carlos Arlt, prusiano, hablaba alemán, idioma familiar; su madre, Ekatherine Iobstraibitzer, nacida en Trieste, hablaba italiano. Arlt contribuye a la confusión, firmando sus primeros textos autobiográficos como Roberto Godofredo Christophersen Arlt, lo cual no coincide con el certificado en el Registro Civil. Y en la constancia escrita de…