Publicado en: 01/06/2023 Revista Entropía Comentarios: 0
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  • «Tengo paciencia y tú no la tienes, así que esa es mi ventaja. Tengo mi corazón que resbala y da vueltas en su propia sangre, y el tuyo esta desbaratado, revenido, y lleno de pudrición. Esa también es mi ventaja.»
  • «Era tan bonita, tan, digamos, tan tierna, que daba gusto quererla.»
  • «¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.»
  • «Pero es peligroso caminar por donde todos caminan, sobre todo llevando este peso que yo llevo.»
  • «Nadie te hará daño nunca, hijo. Estoy aquí para protegerte. Por eso nací antes que tú y mis huesos se endurecieron antes que los tuyos.»
  • «El tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre.»
  • «Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague.»
  • «Porque tenía miedo de las noches que le llenaban de fantasmas la oscuridad. De encerrarse con sus fantasmas. De eso tenía miedo…»
  • «Sólo yo sé lo lejos que está el cielo de nosotros, pero sé cómo acortar veredas.»
  • «Se conoce que lo arrastraba el ansia. Y el ansia siempre deja huella.»
  • «Hacía tantos años que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo.»
  • «La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de
  • «Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.»
  • «Hay aire y sol, hay nubes. Allá arriba un cielo azul y detrás de él tal vez haya canciones; tal vez mejores voces… Hay esperanza, en suma. Hay esperanza para nosotros, contra nuestro pesar.
  • «Hay pueblos que saben a desdicha. Se les conoce con sorber un poco de su aire viejo y entumido, pobre y flaco como todo lo viejo».
  • «Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta».
  •  El alma es antípoda del cuerpo, y así amanece para ella cuando anochece para él.
  •  Tan peligrosa es la mocedad por sus excesos como la vejez por sus ataques
  •  Estas charlas que yo tengo con mi conciencia son a veces muy largas, duran días enteros; por eso no resulta que me pongo a contártelas en esta pobre carta. De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides.
  •  La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse.
  • Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.
  • Me gustas más cuando te sueño, entonces hago de ti lo que quiero.
  • No tenía ganas de nada. Sólo de vivir.
  • Pero los caminos de ella eran más largos que todos los caminos que yo habia andado en mi vida y hasta se me ocurrió que nunca terminaría de quererla.
  • Estoy comenzando a pagar. Más vale empezar temprano, para terminar pronto.
  • Ese sueño que eres tú todavía dura. Durará siempre, porque siento como que estás dentro de mi sangre y pasas por mi corazón a cada rato.
  •  Y abrí la boca para que se fuera (mi alma). Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.
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