Número Tres
Samanta Schweblin – Mariana Enriquez
El realismo perturbado
Todos los cuentos publicados en este número han sido sometidos a dictamen doble ciego realizado por destacados especialistas nacionales e internacionales
Agradecemos la colaboración y apoyo para la dictaminación de los trabajos a investigadores y profesores de:
Gettysburg College, Estados Unidos (Wh). Universidad Nacional de Rosario (UNR). Universidad Nacional del Estado de Morelos. Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) – Doctorado en Lingüística Hispánica. Benemérita Universidad Nacional de Puebla – Doctorado en Ciencias del Lenguaje. Universidad Autónoma del Estado de Morelos.Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Escuela “S”, Semántica y Lengua Franca.
MUJERES QUE ESCRIBEN DISTINTO JOVENES ARGENTINAS Una nueva generación de mujeres está rompiendo con lo establecido, con una escritura más oscura, inspirándose en la literatura gótica y de terror, con historias absurdas y distópicas que pueden leerse como metáforas de la Argentina histórica y...
Hay espacios habitados por ausencias, sombras y silencios. Es en ese vacío en el cual lo no dicho, habla. En estos lugares de realidades fantásticas y continuas búsquedas se desarrollan los personajes y circunstancias de Samanta Schweblin y Mariana Enríquez, dos escritoras argentinas que abren un...
En el marco de lo que está dando en llamarse Nueva Literatura Argentina se inscriben numerosas mujeres que constituyen una generación que ha irrumpido en la narrativa vernácula dotándola de un carácter singular muy valorado por los lectores y la crítica, nacional e internacional, y son múltiples las...
Samanta Schweblin “El mundo lo que tiene es una gran crisis de amor, y de que, al fin y al cabo no son buenos tiempos para la gente sensible”. “Pájaros en la boca”. Samanta Schweblin La voz de los que no hablan Cuando Samanta Schweblin entró en la preadolescencia -tenía doce años- dejó de...
Lectura de «Última vuelta» de Samanta Schweblin Autor: Graciela Roselli...
Cuentos
Detuvo el movimiento de los dedos en el aire. Sus manos quedaron suspendidas sobre el teclado de la computadora. Se quedó quieta afinando el oído. Le pareció que el piso de pinotea de la escalera había crujido apenas, como si alguien estuviera subiéndola de forma sigilosa. Estaba sola en la casa...
Tanganica camina por el basural entre el pueblo chico pegado a la laguna y el pueblo grande pegado a los campos mejores de la provincia. Tanganica caminauna expresión de deseos, porque si a eso se le puede decir caminar. Lo que pasa es que tiene una pierna bastante más corta que la otra debido a que...
Me había insistido demasiado para que le cuidase la casa durante la semana que iba a estar ausente. No menos de diez veces me preguntó y cada vez que lo hacía no me daba margen para decirle que no. Fue así toda la vida y de grande, como suele pasar con la mayoría de los defectos, ése se le fue...
Ustedes no llegaron a verlo, pero, como les dije, siempre estaba ahí. Yo me lo encontraba cada mañana en el espejo. Apenas abría la puerta y encendía la luz aparecía su cara. Para evitarlo, me hacía el distraído y encaraba hacia el inodoro dándole la espalda, pero igual sentía sus ojos clavados en...
Mariela esperaba ese sábado desde hacía meses porque los catorce llegaban para habilitar las salidas a la hora en que la mayoría de los pibes quieren andar por ahí, en banda y bardeando, con tatuajes clandestinos y aros como lunares que los identifica más allá del nombre y el barrio, símbolos que se...