Publicado en: 13/07/2025 Carla Caterina Comentarios: 0

_ El documento, ¿otra vez perdiste el documento? – Da vuelta esas pechuguitas que crujen en el sartén, agrega sal sin sodio, corta cebolla, frunce la cara con disimulo Adela.

_ Y si, el documento, y bueno se habrá caído del bolsillo, andá a saber – saca la botella de la heladera, se sirve una copita, pincha una aceituna, encoje los hombros indiferente Carlitos.

_ ¿Del bolsillo? siempre lo mismo, no prestás atención, estas volando. Ni que tuviera patitas el documento – Agarra el celu, busca RENAPER, turnos, turnos, se cae la página, cierra los ojos, resopla Adela.

_ Después de las cuatro, paso por el negocio del Rafa. Él sabe todo lo que pasa en el barrio – se lava los dientes, se mira en el espejo y piensa en su amigo que le dijo “qué joven que estás Carlitos”. Acaricia con su mano el cabello que apenas empieza a ralear _ Quedate tranquila, porque además para qué necesito el documento – se mete en la cama, cierra los ojos y abraza una siesta al compás de la llovizna Carlitos.

_ Lorena, hijita querida, te desperté, aah mil perdones, es que tu padre perdió otra vez el documento y tiene que ir a votar – prepara un tecito, cambia de canal, murmura en el living Adela.

_ ¿A votar??? pero mamá, si es casi nonagenario, ¿a votar qué mamá? – eleva la voz, mira la hora, quince minutos y arriba. “Mañana pido un turno para renovarlo” piensa – Respira hondo, manda cariños, cierra los ojos, siesta arruinada, corta Lorena.

Audios de WhatsApp.

“Hijita, algo más, total ya te desperté.  Las macetas, cuando puedas, no sabes cómo están las plantas con esta lluvia, el balcón es una jungla querida y ya sabés, tu padre se pone como loco” – manda audio, sale al balcón, espía el negocio del Rafa Morandi Adela.

“Está bien mamá, el domingo te llevo unas macetas artesanales divinas, que traje del sur. Besitos”- manda audio, se levanta, abre el microondas y mete una taza con te de manzanilla – “es buena para los nervios”, piensa. Manda dos corazones, deja el celular sobre la cama, la llovizna empaña la tarde contempla Lorena.

_ ¡Hola Carlitos! vení viejo, pasá – abre la puerta, apretón de manos, prepara mate, saca bizcochos el Rafa Morandi.

_Rafa querido vos que sabes todo lo que pasa en el barrio, sí sí vos sabes todo, te la pasas en la puerta hasta cuando diluvia ¿no viste mi documento?, Adelita está como loca – mira, sale la vereda, arquea las cejas, un rostro oculto bajo una capucha corre detrás de una mochila.  _ ¡Rafa! – levanta la voz Carlitos, corre hacia la calle, tira manotazo al aire el Rafa Morandi. Se fuga el pibe entre los autos.

_Pobre flaca, que susto se llevó, menos mal que no alcanzó a sacarle la mochila. Ya vas a encontrar el documento viejo – entran y cierra la puerta el Rafa Morandi.

_ No sé, se me habrá caído, la verdad me importa un pepino el documento.  Mirá, leé, justo acá a la vuelta – despliega el diario sobre el mostrador, busca la página, pide un mate, se come un bizcocho, se limpia las migas Carlitos.

Artículo del diario “Noticias ya”:

“VIOLENTO ROBO SE REGISTRÓ EN LA MADRUGADA, EN UNA VIVIENDA UBICADA EN CALLE ALSINA, LINDERA A KIOSCO NARCO. SUS MORADORES DESCANSABAN EN LA PLANTA ALTA.

EL MALVIVIENTE INGRESÓ POR EL PATIO TRASERO FORZANDO UNA REJA. SUSTRAJO UN PAR DE ZAPATILLAS Y UNA BICICETA INFANTIL. ALERTADA POR UN VECINO, LA POLICÍA DESPLEGÓ ENORME OPERATIVO, EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER, APREHENDIENDO AL MALVIVIENTE DE TAN SOLO QUINCE AÑOS”

_Qué queres que te diga Carlitos, siempre igual la cosa – renueva la yerba con resignación, trae la mermelada, mira con nostalgia un cielo gris plomizo que cubre la tarde el Rafa Morandi.

Ring tone: música.

_ ¿Viejo dónde andas?, aah bien, bien en la verdulería… Trae también un kilito de papas para el pastel de carne – lustra el parquet, plancha con esmero, prepara la mesa para la merienda como una rutina implacable Adela.

_ Sí, sí, justo estoy entrando – con la mirada pícara toma el último mate, guiña un ojo, tiende un apretón de manos _ nos vemos mañana Rafita – se despide y le recuerda que este año son ochenta y siete, saca pecho, hunde las manos en los bolsillos, se cierra el abrigo con elegancia Carlitos.

_ ¡Charlie viejo y peludo nomas! andas hecho un pibe, mirá que facha – palmea la espalda el Rafa Morandi.

_ ¿Te dije que volvió mi prima Norita?, y que además… la vi. – gira la cabeza, cierra los párpados, un gesto sombrío inunda el rostro de Carlitos.

_ ¡Estás loco viejo!, dejate de joder, casi te quedás en la calle por esa mina, pasaron veinte años. Supongo busca plata, pobre Adela, sí, ¡sí pobre Adela viejo! – se crispa el rostro del Rafa Morandi.

_ Bueno Rafita, otro día te cuento – sale, se calza la boina, apura el paso bajo la garúa Carlitos.

_ ¿Y el documento y las papas? –  abre la bolsa del mandado, revuelve entre las cebollas y los tomates, ordena metódicamente cada cosa en su lugar. Hablé con la nena, el domingo trae las macetas, viejo ¡me oís! – insiste irritada Adela.

_ A sí, pero no lo tiene el Rafa, igual no voy a ir votar, siempre es lo mismo. Las papas, me olvidé, bueno ahora veo, ya voy – la publicidad de la Fórmula Uno, el rugido de los motores y el despliegue de colores, dominan los sentidos de Carlitos.

_Qué cosa eso de los olvidos, ¿tomaste las pastillas viejo?, vos querías pastel de papa, qué ruido infernal el lavarropas, sí el rulemán dijo el técnico, la medicación es importante, ¿cómo que vas a dejarla? – abre los ojos como platos, se toma el rostro con las manos, resopla hastiada Adela.

Ring tone: música.

_ Hola nena querida! ¿cómo estás? ya sé que no sos una nena, bueno si se perdió, pero no te preocupes ¿votar yo?, no me interesa, a esta manga de ladrones, tres para los noventa Lorenita, ya lo vi todo. Si llegué hasta acá, qué fiesta se viene – deja el celu, se palmea el pecho, se para delante de la tele, hincha por su corredor favorito, clasifica, salta de alegría Carlitos.

_ ¿Papá? ¿qué pasa tanto lío, papá estás ahí?  – con un gesto de tedio apaga la compu, se olvida del turno, deja el celu Lorena.

_Lorenita, sí justo, por la carrera.  Te iba a decir, me faltan tres para los noventa, voy a hacer una fiesta tántrica – desborda de entusiasmo Carlitos.

_Una fiesta tántrica, ¿tántrica dijiste? – sacude la cabeza, se toca la frente, elige qué ropa ponerse para el homenaje literario Lorena. _Mirá papá, vos tenés que cuidarte mucho por la medicación, ¿cómo que no la tomás?, no no de ninguna manera papá, es temática, no tántrica papá – se queda hablando sola Lorena.

_ Divinas las macetas, gracias nena. Tu padre insiste con una fiesta, no toma los remedios. No doy más nena – protesta en el balcón Adela.

_ O hago la fiesta tántrica, bueno temática, o dejo de tomar la medicación, les recuerdo que tres para los noventa – se sirve una copa de vino, contrae el rostro por el sonido del portero eléctrico Carlitos.

_ ¿Quién es? –  responde, mira el reloj, baja presa de incertidumbre Lorena. _Sí, el documento de mí papá, Nora. Gracias. – cierra la puerta, la mira perderse en la calle vacía impasible Lorena.

 

Autora:
Carla Caterina

Compartir