DE ORFANDADES, MUDANZAS E INICIOS
Fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano perteneciente a la Generación del 52 y considerado uno de los escritores hispanoamericanos más importantes del siglo XX.
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno (1) nació el 16 de mayo de 1917 en Sayula, estado de Jalisco, México, hijo de Juan Nepomuceno Pérez Rulfo y de María Vizcaíno Arias de Pérez Rulfo fue el tercero de cinco hermanos de una familia acomodada.
Cuando tenía seis años, su padre fue asesinado “…mi abuelo murió en 1923; por un tiro en la espalda, en la guerra cristera. Es el cuento “Diles que no me maten” (2), por Guadalupe Nava Palacios, en plena Guerra Cristera de la época (3). Su madre murió algunos años después.
Inició sus estudios primarios en el Colegio de las Josefinas, luego cerrado por la guerra, y, por decisión de su tío y tutor, concurre al Colegio Luis Silva, en Guadalajara. En 1929 se trasladó a San Gabriel, donde vivió con su abuela pese a que posteriormente acabó en el orfanato Luis Silva, en Guadalajara, al que calificó de“correccional”.
“Cuando hubo huelga en la Universidad de Guadalajara donde iba a cursar el bachillerato me vine a la ciudad, quise entrar a la UNAM a estudiar Derecho, pero no me revalidaron los estudios, entonces me fui de oyente al edificio de Mascarones, donde estaba la Facultad de Filosofía y Letras, en la calle de Tacuba”, …”(4).
En 1930 participó en la revista México y asistió de oyente en el Colegio de San Ildefonso. Años después comenzó a escribir sus primeros trabajos literarios y a colaborar en la revista América, asistiendo a conferencias de la más variada índole.
En 1937 Rulfo comenzó a trabajar como clasificador del Archivo para la Secretaría de Gobernación, y forjó amistad con el poeta Efrén Hernández. A partir de 1938 viajó por México en comisiones de servicio de la Secretaría, a la par que comenzó a publicar sus cuentos más relevantes en diversas revistas literarias. Desde 1941 trabajó como Agente de Migración en Guadalajara, en donde conoció al escritor Juan José Arreola y se dedicó, también a la fotografía, realizando notables composiciones. Fue colaborador de la Comisión del Papaloapan y editor en el Instituto Nacional Indigenista en la Ciudad de México.
En 1947 se casó con Clara Angelina Aparicio Reyes, a quien había conocido en 1944, y con quien tuvo cuatro hijos.
OBRAS DE UN TIMIDO Y ENIGMATICO JUAN RULFO
En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía, en escenarios rurales y posteriores a la Revolución Mexicana. Ya leyenda en México, él se reconocía como un individuo introvertido, tímido y enigmático.
Sus historias constituyen un verdadero aporte a la literatura hispanoamericana y mundial ya que muestra tradiciones cristianas e indígenas, diversas situaciones socioeconómicas de pueblos con carencias, soledad, guerra y paisaje.
Sus personajes reflejan la tipicidad del lugar con sus grandes problemas socio-culturales, sumergido en un mundo de quimeras.
La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, representa unmomento decisivo de la literatura mexicana, marcando el fin de la novela revolucionaria.
SUS CUENTOS
– 1945 “ Nos han dado la tierra”, revista Pan de Guadalajara y América, de México.
– 1946 “Macario”, revistas Pan y América.
– 1947 “Es que somos muy pobres”, en América.
– 1948 “La Cuesta de las Comadres”.
– 1950 “Talpa” y “El Llano en llamas”.
– 1951 “Diles que no me maten” en América.
– 1953 se publica el libro de cuentos “El Llano en llamas” en la colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica, que incluía quince relatos, algunos ya editados previamente en distintas revistas.
NACE PEDRO PÁRAMO CON DISTINTOS NOMBRES
No he hecho sino leer un poquito y querer escribir algo que no se ha podido y que si lo llego a escribir se llamará Una estrella junto a la luna.
Ya entregado el manuscrito original de la novela al Fondo de Cultura Económica, se había empezado a publicar adelantos de la misma en tres revistas (Las Letras Patrias, Universidad de México y Dintel), y bajo distintos nombres: “Una estrella junto a la luna”, “Los murmullos” y “Comala”.
Finalmente, Rulfo publicó Pedro Páramo en 1955, un verdadero éxito en la carrera literaria del escritor que le valió que se comenzara a hablar “del estilo Rulfo”
“Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura”, Jorge Luis Borges.
“Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la nochetremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá —casi diez años atrás— había sufrido una conmoción semejante. Al día siguiente leí El llano en llamas, y el asombro permaneció intacto”. Gabriel García Márquez.
“El estilo de Rulfo es tan personal, tan único, tan suyo, tan escueto, tan lleno de frases de una economía y de un rigor tan increíbles, que inaugura por esa misma causa, la narrativa moderna. No hay descripción de paisaje aunque se sitúa en el Jalisco rural y tengan por tema la Guerra Cristera y demás, pero recuerde usted cuando se le pregunta a un personaje: ¿quién es Pedro Páramo?, la respuesta no es la descripción física del hombre ni qué es lo que hace, se dice: es un rencor vivo. Ese carácter económico de las frases de Rulfo es lo que le da todo su sentido y su vigor y lo mantiene vivo el día de hoy”, Jaime Labastida, Comunicado de la Secretaría de Cultura y Prensa, Gobierno de México del 14 de mayo de 2017.
“Creo que es el tipo de escritor que tiene el puro don, es decir, es un escritor misterioso, nadie sabe por qué Rulfo tenía ese talento, porque en otros escritores uno puede rastrear el trabajo, la cultura, las influencias, incluso la biografía, pero Rulfo es un puro milagro”. Tomás Segovia, galardonado con el XV Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe, que se entregaba en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con el nombre de Juan Rulfo.
Además de los mencionados, entre sus admiradores se encuentran escritores de la talla de Mario Benedetti, José María Arguedas, Carlos Fuentes, Günter Grass, Susan Sontag, Elias Canetti, Tahar Ben Jelloun, Urs Widmer, Gao Xingjian y Kenzaburo Oe, entre muchos otros.
“PEDRO PÁRAMO”, SEGÚN UN TAL RULFO
“La escritura de Pedro Páramo fue una búsqueda de estilo. Tenía yo los personajes y el ambiente. Estaba familiarizado con esa región del país, donde había pasado la infancia, y tenía muy ahondadas esas situaciones. Pero no encontraba un modo de expresarlas. Entonces simplemente lo intenté hacer con el lenguaje que yo había oído de mi gente, de la gente de mi pueblo (…) Entonces el sistema aplicado finalmente, primero en los cuentos, después en la novela, fue utilizar el lenguaje del pueblo, el lenguaje hablado que yo había oído de mis mayores, y que sigue vivo hasta hoy”.
“Se trata de una novela oscura donde el personaje central no es Pedro Páramo, sino el pueblo que es un pueblo muerto donde no viven más que ánimas, donde todos los personajes están muertos, y aun quien narra está muerto. Entonces no hay un límite entre el espacio y el tiempo. Los muertos no tienen tiempo ni espacio. No se mueven en el tiempo ni en el espacio. Entonces así como aparecen, se desvanecen. Y dentro de este confuso mundo, se supone que los únicos que regresan a la tierra (es una creencia muy popular) son las ánimas, las ánimas de aquéllos muertos que murieron en pecado. Y como era un pueblo en que casi todos morían en pecado, pues regresaban en su mayor parte. Habitaban nuevamente el pueblo, pero eran ánimas, no eran seres vivos”.
“Y como la gente se muere donde quiera, Pedro Páramo pasó de una novela mexicana, a ser universal, pues los problemas humanos son iguales en todas partes. No son temas nuevos el amor, la muerte, la injusticia, el sufrimiento, que están sugeridos en la obra. Me han dicho que es ‘una novela de amor a los desamparados’. Yo no sé. Yo narro la búsqueda de un padre, como una esperanza. Como quien busca su infancia y trata de recuperar sus mejores días, y en esa búsqueda no encuentra sino decepción y desengaño. Y al final se derrumba su esperanza ‘como un montón de piedras?’».(5)
UN GALLO DE ORO DESCUIDADO
Entre 1956 y 1958, Rulfo escribió su segunda novela, “El gallo de oro”, de la que dijo:
“Antes de que pasara a la imprenta un productor cinematográfico se interesó en ella, desglosándola para adaptarla al cine. Dicha obra, al igual que las anteriores, no estaba escrita con esa finalidad. En resumen, no regresó a mis manos sino como script y ya no me fue fácil reconstruirla.”
La misma sirvió como base a Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes para el guion de la película homónima de Roberto Gavaldón estrenada en 1964. La novela no fue publicada sino hasta 1980 tras la insistencia de amigos de Rulfo, en una edición descuidada. La edición de 2010 corrigió muchos errores, y actualmente existen traducciones de esta al alemán, italiano, francés y portugués.
UN RULFO DE VARIAS FACETAS
Como historiador escribió un libro acerca de la conquista y colonización de Nueva Galicia, hoy Jalisco. Este fue un libro poco conocido, distribuido de manera gratuita entre los clientes de una compañía privada de Guadalajara. “Es necesario conocer nuestro pasado para trabajar en favor del lugar del que somos originarios:
Una persona que conoce su pasado confía más en su trabajo y tiene conciencia del lugar donde vive y tiene el valor suficiente para saber defenderlo y poder trabajar con entusiasmo y con amor al lugar donde nació”.
Como fotógrafo Rulfo dejó un legado de más de 6000 mil negativos, publicó un libro con una selección de 100 fotografías. La editorial RM, dedicada principalmente a la fotografía y al arte contemporáneo, publicó varios libros de fotografías del autor.
En 1956, el director de cine Emilio “el Indio” Fernández le solicitó a Rulfo guiones para cine. El escritor, en colaboración con Juan José Arreola, realizó algunos de ellos.
FINALES
Después de haber concluido sus dos obras principales, Rulfo, prácticamente, abandonó la escritura de libros y justificó ese abandono por la muerte de su tío Celerino, quien “le platicaba todo”.
Es incierta la existencia de Celerino, con quien, según algunos,Rulfo habría recorrido muchos pueblos y escuchado historias consideradas fantasiosas.
El escritor Enrique Vila-Matas, en su libro Bartleby y compañía, describió esta justificación por parte de Rulfo como una de las más creativas que haya conocido. Para el escritor César Leante, Rulfo quiso evitar la repetición de evocar la crueldad y el dolor expresados en El Llano en llamas y Pedro Páramo, lo que coincide con la declaración de Rulfo acerca de que, al escribir Pedro Páramo, pensaba frecuentemente en salir de la ansiedad, porque la escritura lo llevaba al sufrimiento.
En 1974 Rulfo viajó a Europa para participar en el Congreso de Estudiantes de la Universidad de Varsovia. Fue invitado a integrarse a la comitiva presidencial viajando por Alemania, Checoslovaquia, Austria y Francia. En julio de 1976 fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y tomó posesión de la silla XXXV en 1980.
Asimismo, fue merecedor de la Beca del Centro Mexicano de Escritores, en 1955, del Premio Xavier Villaurrutia por Pedro Páramo, en 1970, del Premio Nacional de Literatura, en 1980, delAño Rulfo por el Instituto Nacional de Bellas Artes, en 1983 y delPremio Príncipe de Asturias, en 1985 y del Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Rulfo falleció la tarde del 7 de enero de 1986, a causa de un cáncer de pulmón. Su fallecimiento conmocionó a la comunidad cultural de México. Juan José Arreola, tras su muerte, expresó que la obra de Rulfo era la más notable realización del impulso de un pueblo:
“No puedo creerlo; no puedo decir que esté muerto. Él no ha muerto; ha nacido con todos los que amamos la literatura; no creo en las letras universales, creo en las letras de Sayula; su obra es la más notable realización del impulso de un pueblo. Rulfo consagró la voz de la tierra. Nadie puede continuar su obra, ni él mismo se atrevió a hacerlo”
El escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis:
“Ya no se escucha sino el silencio de las soledades. Admirar profundamente a un gran narrador es todavía un lujo a nuestro alcance”.
UN GENIO QUE ESCRIBE
SOBRE ROSTROS QUE DUELEN
En la narrativa de Rulfo los personajes apenas actúan. Ellos piensan, recuerdan y transmiten sus miedos, sus odios y sus remordimientos, mueren y vuelven a morir. De este modo, se podría calificar a la narrativa de Rulfo como una narrativa de “conciencia”, en un sentido no oficial. Los ambientes y los mismos personajes carecen de toda ubicación y rostro, pero no por eso parecen ser menos reales. Esto último se debe a la recreación de personajes como si fueran “gente común y corriente que no tiene nada especial”. (6)
En el fondo de la creación literaria de Rulfo se encuentran lasRevoluciones Mexicana y Cristera, y sus consecuencias. El campo mexicano descrito en su obra continúa con el problema del latifundismo, a pesar de las reformas de Lázaro Cárdenas; la Revolución no consiguió que el latifundismo mexicano se extinguiera. Rulfo reflejó en su obra la frustración de los campesinos y la soledad absoluta a la que se enfrentan los pueblos. Esta mencionada soledad en la obra de Rulfo no es más que resultado de la Revolución, al menos desde el punto de vista del escritor.
También puede observarse como tema principal en la obra de Rulfo la relación padre-hijo. Ambas revoluciones provocaron la destrucción de familias y dejaron a su paso muchos hijos en situación de orfandad (el propio Rulfo es un ejemplo de esto). Además, la estructura latifundista multiplicó la descendencia ilegítima. (7)
“El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo. Y lo más chistoso es que él nos llevó a bautizar. Con usted debe haber pasado lo mismo, ¿no?”
La figura del padre es un eje principal en la creación literaria de Rulfo. Por un lado se le ve como una nostalgia y, por otro, como una presencia odiada.
La muerte es otro de los temas a destacar, casi nunca es narrada de una manera brutal, sino que procura una “estilización” en su tratamiento, basada fundamentalmente en el uso de la metáfora y la comparación.
(1) Entrevista de Ma. Teresa Gómez Gleason, transcripta en: Juan Rulfo (1985). Jorge Ruffinelli, ed. Obra completa (2.ª edición). Fundación Biblioteca Ayacucho. p. 214.
“Me llamo Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno. Me apilaron todos los nombres de mis antepasados paternos y maternos, como si fuera el vástago de un racimo de plátanos, y aunque sienta preferencia por el verbo arracimar, me hubiera gustado un nombre más sencillo. Mi padre se llamó Juan Nepomuceno, mi abuelo paterno era Carlos Vizcaíno, lo de Rulfo lo tengo por Juan del Rulfo, un aventurero […] que llegó a México a fines del siglo xviii d. C..”
(2) Ver en éste mismo número, entrevista a Juan Carlos Rulfo, por Cristina Giraudo.
(3) La Guerra Cristera, o Guerra de los Cristeros o Cristiada, fue una guerra civil en México, que se prolongó durante tres años, desde 1926 hasta 1929, entre el Gobierno y milicias de religiosos católicos que se resistían a la aplicación de la llamada Ley de Calles, la cual proponía limitar y controlar el culto católico en la nación, es mayoritario en este país.
(4) https://www.fundacionunam.org.mx › …
(5) Juan Rulfo, una de las voces centrales de la literatura hispanoamericana, Elsa Cross… Secretaría de Cultura. entrevista realizada en 1973.
(6) «Juan Rulfo Entrevista a fondo – YouTube». www.youtube.com. Consultado el 28 de diciembre de 2020.
(7) Rulfo, Juan (2013). Pedro Páramo. RM & Fundación Juan Rulfo. p. 9.
Autor:
Mercedes Andrada