Categoría: Cuentos Numero 3

Publicado en: 27/09/2022 Autor: Ileana Caprile Comentarios: 0

El último cuento

Detuvo el movimiento de los dedos en el aire. Sus manos quedaron suspendidas sobre el teclado de la computadora. Se quedó quieta afinando el oído. Le pareció que el piso de pinotea de la escalera había crujido apenas, como si alguien estuviera subiéndola de forma sigilosa. Estaba sola en la casa enorme. Sacudió la cabeza para espantar los malos pensamientos, y se dijo a si misma que estaba paranoica. Se prometió que sería la última historia de miedo que escribía.  Tantos monstruos, tantos horrores, la estaban afectando. Hasta había cambiado su aspecto sin proponérselo. No como al principio, cuando le publicaron el primer libro y decidió junto al editor, que a su público le resultaría interesante verla como un reflejo de sus personajes. Así fue como comenzó a vestirse siempre de negro, acentuando su palidez natural con maquillaje blanco y…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Ebel Barat Comentarios: 0

Tanganica

Tanganica camina por el basural entre el pueblo chico pegado a la laguna y el pueblo grande pegado a los campos mejores de la provincia. Tanganica camina…una expresión de deseos, porque si a eso se le puede decir caminar…. Lo que pasa es que tiene una pierna bastante más corta que la otra debido a que se cayó de la antena del pueblo grande cuando tenía diecisiete años y todavía se dedicaba a las telecomunicaciones. “Se le acható la pata, gracias a que se salvó, caerse de semejante altura y contar el cuento”, dicen todavía en el pueblo. Tanganica no lo relata desde hace mucho. A lo mejor desde hace todo el tiempo que corrió entre el accidente y ahora. Dicen, también, en realidad no dicen, lo dice Caracú, que es casi tan alto como la antena desde la que…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Rubén Leva Comentarios: 0

El espejo

Ustedes no llegaron a verlo, pero, como les dije, siempre estaba ahí. Yo me lo encontraba cada mañana en el espejo. Apenas abría la puerta y encendía la luz aparecía  su cara. Para evitarlo, me hacía el distraído y encaraba hacia el inodoro dándole la espalda, pero igual  sentía sus ojos clavados en mi nuca. Entonces agachaba la cabeza y me ponía a orinar. Trataba de concentrarme en el vigoroso chorro amarillo del que siempre me enorgullecí y en el repaso mental de las tareas domésticas que ese día, de nuevo, debía acometer en soledad. Después, mirando de reojo, me acercaba a la ducha. Corría la cortinita, abría la canilla, me metía lo más rápido posible bajo el agua caliente y de nuevo corría la cortinita, esta vez para cerrar. Pero aún estaba ahí. Podía espiarlo, aunque trataba de no…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Mercedes Andrada Comentarios: 0

Vidas anónimas y gatos tuertos

Mariela esperaba ese sábado desde hacía meses porque los catorce llegaban para habilitar las salidas a la hora en que la mayoría de los pibes quieren andar por ahí, en banda y bardeando, con tatuajes clandestinos y aros como lunares que los identifica más allá del nombre y el barrio, símbolos que se llevan bien con la cumbia, la birra y el faso. Mariela es una chica pobre. Pobre pero digna, agrega su padre, que cruza los dedos como señal de amuleto en un intento por exorcizar esa miseria que aún no entró pero la sabe agazapada. La vecina con maña de peluquera le había teñido un grueso mechón color tiza que caía sobre la frente y daba luz a su cara de identidad marrón. Para que te vaya tomando el color, le dijo, después la soltó a la calle…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Graciela Roselli Comentarios: 0

Traicionero

«Les tengo una sorpresa», dijo eufórico Juanjo cuando volvió del estudio. Cuando hace esos anuncios yo ya no sé a qué atenerme con él. Puede ser que haya traído un pichoncito de una obra en alguna zona despoblada -que por lo general se termina muriendo a los pocos días como pasó con lechuzas, teros, gavilanes, etc…-, proponga construir algo con barro, madera o algún otro material que signifique un enchastre tremendo en toda la casa, o…. «El fin de semana largo nos vamos a las sierras y pararemos en la cabaña a la que iba yo cuando era chiquito como ustedes». Mi cara se derretía al mismo ritmo que brotaban alaridos y risas de los rostros de Lautaro y Anita. «Qué lindo papá, qué lindo», gritaban temblando de alegría. «¿No estás contenta?», me pregunta. «Después lo hablamos», le contesto mientras…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Alejandro Alvarez Gardiol Comentarios: 0

Belle de jour

Las plantas tienen la magnífica ambición de conquistar la superficie del globo…y la energía de esa idea fija sube de las tinieblas de sus raíces para manifestarse en la luz de una flor.                                                              Maurice Maeterlinck  (La inteligencia de las flores, 1907). …………………………………………………………………………………………………… Nos pareció demasiado grande para el terreno, con sus dos plantas y un altillo símil Tudor, en franco contraste con la humildad uniforme de las casas vecinas. Pero el alquiler era muy bajo y estaba en la zona que buscábamos, próxima a la Ciudad Universitaria donde Octavio da clases de Química y Botánica. Por otra parte se conservaba en muy buen estado a pesar de sus años, de modo que nos decidimos enseguida. Yo estaba embarazada de Bea que nació en el Hospital Español tres meses después de la mudanza. Cuando cumplió cuatro años un gatito gris…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Verónica Baronio Comentarios: 0

Nidos fúnebres

Alicita está sentada en el banco de madera de la vereda, el banco está amurado en la tierra en el sector de césped que queda entre la vereda y la zanja. Mira justamente la zanja, ya casi no huele el olor pútrido de las aguas estancadas, su sentido del olfato está atrofiado a esos hedores y sólo las calas que crecen verticales a las paredes corroídas por las aguas le dan sensación de alivio. Se agacha despacito, teme caer en el acto de cortarla, pero la alcanza, jala lentamente del tallo y ya está, ya la tiene en su mano, ya la aspira y la acaricia. Un solo pétalo aterciopelado con forma de cucurucho como los que venden en lo de Pimpe y las hojas, gruesas y carnosas, que contrastan ciertamente con el blanco que rodea la vara que recoge…

Publicado en: 18/09/2022 Autor: Martín Francés Comentarios: 0

Vacaciones cortas

Me había insistido demasiado para que le cuidase la casa durante la semana que iba a estar ausente. No menos de diez veces me preguntó y cada vez que lo hacía no me daba margen para decirle que no. Fue así toda la vida y de grande, como suele pasar con la mayoría de los defectos, ése se le fue acentuando. Ya tenía preparado desde hacía un par de días un bolso pequeño con muy pocas cosas porque era verano y la estadía iba a ser de apenas una semana. Me levanté temprano, el día se perfilaba tórrido, y evalué si sería conveniente dejar a la gata sola. Guardé lo que faltaba, poca cosa, pero para mí, todo lo que necesitaba: la computadora, el teléfono, y mis medicamentos ―en relación a eso nunca tuve un registro claro de los que…