Categoría: Cuentos Numero 5

Publicado en: 04/06/2023 Autor: Verónica Baronio Comentarios: 0

El aroma de las Tilas

Carlitos lo vio llegar un amanecer de comienzos de marzo, con un auto viejo que estacionó en el terreno lindero. El nuevo se encaminó hacia él, con postura arrogante le preguntó confianzudo, así, cómo si se conocieran de siempre: – ¿Qué tal la tierra? ¿Crecen las plantas en este lugar? -Sí le ponés atención y amor, todo crece, mirá mi jardín- dijo Carlitos- no sabés lo que laburé para lograr esto. Yo compré el terreno entre los primeros del barrio. Era un campo de soja, se habían chupado de la tierra hasta el último mineral. – ¡Genial! Fue un acierto comprar acá – se ufanó Marcelo. – trabajar la tierra es lo mío. Obvió contar que su trabajo se trataba de “pequeñas tierras”, tierras de macetas. No era muy épico. Venía de la Capital y había hecho ornamentación de balcones…

Publicado en: 04/06/2023 Autor: Martín Francés Comentarios: 0

Confesiones

— Me quiero confesar hoy Padre. — Imposible, es demasiado tarde ya y no hay nadie para que te acompañe a tu casa. — No me importa. Creo que lo necesito urgente. — No es el momento, tengo horarios para eso y además está el confesionario cerrado. — ¿Cómo puede ser Padre? Siempre esquivándome para no escuchar mis problemas, únicamente conmigo tiene esa actitud. ¿Acaso hay algo de mí que le molesta? — ¡No, por favor! Mañana tengo un día complicado porque se acerca el domingo de Pascua. Te prometo en algún momento te voy a atender. Volvé a tu casa que ya es tarde, por favor. No me gusta que andes sola a estas horas. Volvé a tu casa antes de que tenga otro problema más con vos y con tu madre, por favor te lo pido – se…

Publicado en: 03/06/2023 Autor: Ileana Caprile Comentarios: 0

El nuevo amigo

Inclinó la cabeza hacia atrás para mirar el cielo, celeste e inmenso. Inspiró profundo, y mantuvo atrapado el aire hasta que le dolió el pecho y entonces lo liberó de a poco. Sintió un pequeño alivio, que duró hasta que miró la tierra removida. El rectángulo tenía el tamaño exacto del cuerpo de Mercedes. Ya se habían ido todos. Él se había querido quedar. En realidad, no podía irse. No soportaba dejarla ahí, sola. Otra vez miró el cielo, la luz del sol lo obligó a entrecerrar los ojos. Percibió la tibieza del aire, el olor de la tierra recién removida, el ritmo de su respiración, los latidos cíclicos de su corazón, y no entendió porque aún seguía vivo. La alianza de oro abrazaba su dedo anular izquierdo. Brillaba recordándole los veinticinco años que habían compartido con Mercedes. Toda una…

Publicado en: 03/06/2023 Autor: Alejandro Alvarez Gardiol Comentarios: 0

Ese amigo del alma

Cuando soñamos que soñamos está próximo el despertar (Novalis) -¿Cómo no te voy a perdonar, si sos mi amigo del alma? – Ojalá no lo hubieras sido, de eso se trata. De la traición. La peor de todas. – Pero si me has dado un tiro ¿Hay algo peor que morirse? – Si, claro: vivir con penas de amor.   Andaba por la vereda procurando las sombras esquivas que se estrechaban contra los edificios. La siesta eterna del verano eterno. Y nadie en las calles. Paisaje urbano, silencio de campo. Creyó ver a la distancia un punto oscuro y titilante, tal vez un espejismo, pensó, en el sopor de la tarde caliente, cuando oyó unos pasos que se acercaban por detrás. Aferrando la culata que le asomaba del cinto, giró sin detenerse. La chica lo pasaba rauda con el pelo…

Publicado en: 03/06/2023 Autor: Mercedes Andrada Comentarios: 0

Lugares neutrales

La casa supo ser amable, rastreando el olor a comida casera se podía ir a su encuentro. La rodeaba un verde de huerta y el espíritu de hamacas, bicicletas desparramadas y animales de pelo inquieto. Sus generosos ambientes invitaban al diálogo, al manso desorden, ese pequeño desliz que transforma una pila de ladrillos en un hogar, junto a un zumbido permanente de televisor que nunca duerme, a las estampidas de risas infantiles y a la mesa cubierta de tostadas con manteca. A la familia se la veía en el jardín de ingreso, ganaban el tiempo en travesuras compartidas o trabajaban la huerta en el terreno de atrás. La madre y sus dos hijos eran gente de una normalidad alegre. Saludaban a los vecinos -siempre prestos a brindar afectos y favores- festejaban navidades y cumpleaños. Tenían olor a la vida cuando…

Publicado en: 02/06/2023 Autor: Graciela Roselli Comentarios: 0

Como son las cosas

– Una más, doña Prudencia, una solita más. – Sí, siempre dices lo mismo y después no dejas de alzar el codo hasta que alumbra el día. – Una sola copita más, ña Prudencia, y no se me enfade. Ya ve que se le principia a engurruñar la cara y se le cargan como veinte años más. – Una copita más, una copita más… tanta copita y en cualquier momento se me va a desparramar en el suelo y lo voy a tener que levantar a cucharadas. – No me exagere Pru, qué va a pensar acá el amigo. Usted no se me preocupe que la Prudencia toda la vida fue así, de andar espantando. Aunque cuando se pone a presagiar yo por las dudas la escucho, no vaya a ser que sea verdad lo que dice y a uno…

Publicado en: 02/06/2023 Autor: Ebel Barat Comentarios: 0

Visto al pasar

Feo color el del camino que une el pueblo con la ruta a La Amalia, amarillo y polvoriento, garganta seca y soledad. Sobre el camino vive gente pobre, es un camino con pobreza de siempre. El canal que lo cruza, no muy lejos del pueblo es escaso y limoso. Pocos patos navegan cerca del puente. Siempre hay un puñado de bidones de plástico desperdigados alrededor del puente. Por ese camino, color de fiebre, él los veía pasar, de a uno. Salvo el viejo, los otros iban vestidos con una decencia curiosa para ese camino, casi pulcra, casi a la moda. Pero el viejo andaba en harapos oscuros, de la pampa húmeda, no de los peores. Los veía muchas veces al pasar con la camioneta. Ninguno de ellos levantaba la vista, como si tuvieran miedo, o vergüenza del miedo. Quería saludarlos…

Publicado en: 02/06/2023 Autor: Carla Caterina Comentarios: 0

Los pecados son cosa seria

Tiene la piel lozana a pesar de sus casi noventa. El pelo a manera de copa gris armado con spray. Se desliza con rapidez palpando los muebles, la vista es sin dudas el sentido que menos la acompaña. Igual no se da por vencida, resiste al bastón con toda su furia y se enoja y me grita ¡creen que soy vieja e inútil, ustedes creen eso! Y el gesto le arruga los párpados y le frunce los labios con la voz encrespada. La miro y guardo silencio, después sigue, ¡el día que me muera me van a encontrar en la cama dormida! Lo repite a modo de amenaza mientras me apunta con el dedo de la mano derecha. Sabe de despedidas y entierros. Se han ido padres, hermanos, amigas y sobrinos. Su obligación con la vida parece ser indeclinable. Dice…

Publicado en: 01/06/2023 Autor: Rubén Leva Comentarios: 0

Juntos se los llevaron

—Se los llevaron. —¿Usted lo vio? —Se los llevaron, sí. — ¿Pero cuándo? ¿Cuánto tiempo hace? —No sé, hace bastante, diez años hará. —Adónde los llevaron. —Quién sabe. —¿Pero, quién se los llevó? El hombre hizo silencio. —Estoy aquí para buscarlos ¿Por dónde empiezo? ¿Usted sabe?  Usted vio, no lo niegue, dígame. —Yo no sé nada señor, déjeme, no sé nada. El hombre que preguntaba se quedó parado en el lugar. El otro dio media vuelta y se metió dentro de la casa.   —Tenés que buscarnos, es tu obligación, pero nosotros no podemos ayudarte, no sabemos dónde estamos. —¿Cómo? ¿Amalia? ¿Sos vos? No te oigo bien. —Es que tengo algo que me llena la boca, es como una pasta. Esperá un poco, ya se me va a pasar, esperá, va a llevar unos minutos. —Está bien. Pero no sé…